Actualmente, la globalización requiere el doble de los recursos que el planeta puede proveer.

Acabar con la necesidad de ofertar productos que vienen de lejos, y disminuir los impactos negativos del consumo de bienes.

Respetar los límites ecológicos globales y limitar la importación-exportación de recursos naturales.

La distancia entre la producción y el consumo debería ser tan corta como sea razonablemente posible. Muchos productos alimentarios y una parte de los bienes de consumo,

podrían ser producidos a nivel regional. Si se usaran menos recursos naturales para la exportación, estas regiones tendrían un respiro para la regeneración de sus ecosistemas.

Todos los actores económicos deben tener la oportunidad de participar en el comercio tanto interior como internacional. Para que los actores pequeños puedan conectarse transnacionalmente, se deben facilitar los derechos de propiedad intelectual para las tecnologías climáticas y promover

un alto grado de transferencia tecnológica entre dichas redes.Las multinacionales deben pagar el precio real de producción, como ya hacen los actores económicos pequeños, incluyendo impuestos, el cumplimiento de los derechos laborales y requisitos medioambientales estrictos.

Necesitamos un debate amplio tanto parlamentario como de la ciudadanía sobre qué ofrecemos a nuestros socios comerciales en materia de e-comercio y sobre las condiciones apropiadas de privacidad de datos. El debate necesita tener lugar ahora, y antes de que la UE entre en negociaciones

con socios comerciales acerca de los capítulos sobre e-comercio en acuerdos comerciales. Los servicios públicos deberían ser totalmente excluidos de todos los acuerdos comerciales en los que la UE entre. Los gobiernos deben tener la flexibilidad de crear nuevos servicios públicos en el futuro.

Hay que erradicar el estereotipo de la inferioridad femenina La política comercial se debería diseñar de manera que evite contribuir a la producción y los servicios de muy baja cualificación. También se debe reconocer que la mayor parte del trabajo de cuidados ha sido liderado por mujeres, lo que ha mantenido los salarios bajos.

La política comercial debe contribuir al cambio en las jerarquías de género, empezando con la obligatoriedad de la igualdad salarial y la baja parental. Los puestos de trabajo deben permitir un reparto equitativo entre hombres y mujeres del trabajo de cuidados en el hogar.

Ya tenemos un sistema voluntario de comercio justo en el cual los consumidores occidentales ricos eligen pagar mayores precios por productos que han sido producidos sin explotar a personas de países más pobres.

Sin embargo, necesitamos ir más allá de estos sistemas voluntarios hacia un sistema comercial que esté basado en la solidaridad global. Esto requiere un cambio en el proceso de toma de decisiones en la OMC.

Necesitamos legislación que exija y haga posible rastrear el origen de las cadenas de suministros de las materias primas y que obligue a la diligencia debida en relación a los derechos medio ambientales, sociales y humanos en las empresas,

en cada punto de la cadena. La UE necesita reforzar su apuesta por el desarrollo sostenible de los países menos desarrollados, y hacerlo dentro de un marco multilateral que asegure que sus voces sean escuchadas.