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NUESTRA VISIÓN

Lea sobre lo que nos inspira y lo que queremos conseguir en nuestra sociedad

 

Los Verdes defendemos una sociedad en la que todas las personas, independientemente de su género, orientación sexual, edad, raza o religión, puedan disfrutar de una vida digna y plena. Como partido, colocamos los derechos humanos de todas las personas, del presente y del futuro, en el centro de todas las políticas que promovemos y aplicamos.         

A pesar de que, al compararla con muchas otras partes del mundo, la Unión Europea es un lugar apetecible para vivir, está en riesgo la posibilidad de todas y cada una de las personas de vivir con dignidad. A lo largo de los años hemos presenciado el aumento inexorable de nuestro impacto en la ecología y, como consecuencia, la amenaza inminente de una crisis climática fuera de control, del colapso de la diversidad biológica y del agotamiento de los recursos naturales. Al mismo tiempo, la desigualdad social ha ido creciendo y lo sigue haciendo, no solo en relación con los ingresos, sino también con el acceso al trabajo digno, la asistencia sanitaria y la educación. Además, se están cuestionando los derechos de la mujer y la igualdad de género, mientras que las libertades civiles y las bases de la democracia se encuentran amenazadas, no solo fuera de las fronteras de la UE, sino también dentro de ellas. El potencial de la transformación digital se está aprovechando de un modo erróneo para concentrar la riqueza y el poder en manos de unos pocos (vigilancia y creación de perfiles, selección de público para fines políticos, privatización de los entes encargados del cumplimiento de la legislación, condiciones laborales para trabajadores de plataformas digitales, auge de los monopolios digitales y evasión fiscal), y está contribuyendo a la polarización de la sociedad y reforzando las fuerzas políticas autoritarias. Hemos visto a la Unión Europea convertirse en una fortaleza cada vez más infranqueable para cualquier emigrante, independientemente de si tiene derecho o no a acogerse al estatuto de refugiado o a algún otro tipo de protección. Hemos visto cómo disminuye el multilateralismo mundial a favor del planteamiento que dicta que «el poder es la razón». Hemos visto cómo el poder de las corporaciones internacionales ejerce cada vez más presión sobre el sistema de gobierno de nuestras sociedades.         

Pero hay esperanza: en toda Europa, una generación entera se está rebelando contra el orden establecido de las políticas convencionales. Fridays for Future, Youth for Climate, Extinction Rebellion #Saveyourinternet, los chalecos amarillos e innumerables iniciativas y movimientos locales están exigiendo a los políticos que actúen conforme a los intereses de todos y no solo de unos pocos. Del mismo modo, las amenazas al Estado de Derecho cada vez se cuestionan más. Líderes como Orbán, Babiš y Kaczyński están sintiendo el pulso de las calles, donde los ciudadanos protestan contra la corrupción y la erosión de derechos y libertades fundamentales. Al mismo tiempo, ya no podemos seguir dando por sentado el dogma económico neoliberal. Se está cuestionando por qué las grandes empresas no pagan unos impuestos justos; las empresas tecnológicas no pueden continuar ampliando su monopolio del modo que estaban acostumbradas; y las industrias de combustibles fósiles se dan cuenta de que sus cálidas relaciones con los políticos se están examinando más que nunca antes. En este contexto de cambios sociales, los Verdes y la Alianza Libre Europea estamos ganando más fuerza en la esfera política. Tenemos el potencial de convertirnos en un puente para llevar esas voces de la sociedad a la escena política. Sin embargo, las mayorías no se están adaptando al cambio que exigen nuestras sociedades. Esto sitúa a los Verdes en una posición central entre los políticos del orden establecido y el creciente número de ciudadanos que claman un cambio. Lograr el equilibrio adecuado en ese puente será uno de los principales retos a los que nos enfrentaremos mientras sentimos la urgencia de ejecutar nuestras políticas. Por este motivo, es esencial establecer prioridades y estrategias claras.

En este contexto, nos comprometemos a utilizar nuestros recursos y energía durante los próximos cinco años para cambiar el panorama político convencional y revertir esas tendencias que están movilizando a tantas personas en las calles y en la sociedad en general. En concreto, estos son nuestros objetivos políticos rectores para los próximos cinco años:   

Para el año 2024, queremos que la UE haya logrado avances para cumplir plenamente sus compromisos con respecto a los objetivos acordados en la Cumbre del Clima de París, que se resumen en limitar el calentamiento mundial a menos de 2 °C y mantener el aumento de las temperaturas lo más cerca posible del límite de 1,5 °C en comparación con los niveles preindustriales. Igualmente, queremos que la UE revierta las tendencias tanto de pérdida de diversidad biológica como de consumo de recursos, y que refuerce y amplíe la economía regenerativa. Esto requiere la participación plena tanto del sector público como del privado, en el caso de este último mediante la aplicación de diligencia debida vinculante en materia de sostenibilidad.

Para 2024, queremos revertir la tendencia que está conduciendo al crecimiento de la desigualdad tanto de ingresos como de riqueza, así como al aumento del número de personas en riesgo de pobreza o exclusión social. Esto requerirá medidas ambiciosas en el área de la justicia fiscal, proteger la capacidad de los Estados para ofrecer servicios sociales, como la educación y la sanidad, de la amenaza de la lógica del beneficio financiero, y la aplicación de normativas sobre trabajo digno.

Nuestro objetivo es, para 2024, haber revertido el ataque autoritario a las bases democráticas del Estado de Derecho. Queremos que para 2024 la UE disponga de mecanismos para abordar todas las violaciones del Estado de Derecho y de los principios democráticos. En otras palabras, las obligaciones que condicionan la adhesión a la UE deben aplicarse en todos los Estados miembros en todo momento. A fin de reforzar la confianza de los ciudadanos en el proyecto europeo también debemos trabajar en pos de un proceso de toma de decisiones más democrático y transparente en las instituciones de la UE.

Queremos que para 2024 la Unión Europea haya dejado de ser un «continente fortaleza» para ser un «continente santuario» capaz de recibir a personas en condiciones dignas y humanas, y de tratarlas a todas como ciudadanos plenos. Esto requerirá establecer mecanismos de solidaridad para la acogida de solicitantes de asilo y emigrantes, proteger sus derechos y revertir las acciones de la UE en el mundo que dan lugar a las condiciones que fuerzan a las personas a abandonar sus hogares.

Queremos que para 2024 la UE sea una potencia líder en política digital e IA con base en los derechos y las libertades fundamentales, la no discriminación y la inclusión. La Unión Europea, además de impulsar la innovación, debe liderar la lucha mundial contra la vigilancia masiva (ya sea ejercida por Estados o por corporaciones) y el uso abusivo de potentes nuevas tecnologías para fines políticos o para socavar derechos adquiridos tras arduas batallas.

Queremos que para 2024 la UE haya reforzado considerablemente su papel como actor internacional y responsable a través de los importantes medios que tiene a su alcance (su presencia en organizaciones internacionales y multilaterales, su moneda común, su política comercial común, su ayuda al desarrollo, la diplomacia, la mediación y la prevención de conflictos, las misiones civiles y militares de seguridad). Queremos que ese papel respete los objetivos medioambientales, sociales y democráticos que se fija la UE y las normas, valores y principios universales en los que se basa.

Queremos que para 2024 la UE haya avanzado en el camino hacia la igualdad de género, la protección de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer y los derechos de las personas del colectivo LGBTQI*, que haya diseñado políticas que tengan en cuenta las experiencias de todas las formas de diversidad y que aplique políticas firmes contra la discriminación.